Identifica tus obstáculos y excusas en el entrenamiento. Después del subidón motivacional que suele haber al finalizar el verano; llega noviembre con su frío característico, el cambio de hora y los correspondientes anocheceres a las seis de la tarde.
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¿POR QUÉ NO CONSIGO CUMPLIR CON LOS ENTRENAMIENTOS?
Nuestros objetivos personales que teníamos tan claros, suelen ir difuminándose con el paso de los días y la rutina frenética de trabajo, obligaciones o quehaceres nos absorben.
El equipo del Programa MAC (Mente, Alimentación y Cuerpo te explica los Obstáculos y las excusas en el entrenamiento.
¡Qué duro es noviembre!
Los inicios nos motivan, pero el pasar de los días nos va desgastando…es como si el tiempo fuera tragándose nuestra motivación.
Enero y Septiembre son los puntos de inflexión en los que nos ponemos objetivos, llegamos recargados de energía y probablemente con un poco de culpa tras una temporada de “excesos”. Los seres humanos, al igual que las estaciones, funcionamos mediante ciclos que se repiten y muchas veces nos llevan a recaer en los mismos errores una y otra vez.
Si te sientes identificado con todo esto, sigue leyendo. Identificamos los principales obstáculos que la gente encuentra para realizar actividad física y darte trucos para que no los conviertas en excusas.
Obstáculos y excusas en el entrenamiento
1. El clima:
El frío y que se haga de noche tan pronto, hace que nos cueste mucho más cumplir los entrenamientos. El cuerpo es sabio y sólo quiere meterse en la cama/sofá con una manta calentita. Es cierto que aquí influyen mucho las preferencias personales y si soportas mejor el frío o el calor.
Pero si eres friolero/a y te suele dar mucha pereza:
- Intenta quitarte el entrenamiento lo antes posible o no pasar por casa, dejas la ropa preparada y te lo llevas todo… cuanto menos pienses en ello, ¡más fácil será cumplir!
- Lo bueno del frío es que para entrenar incita al movimiento, aprovecha esta necesidad para meter un calentamiento más aeróbico o aumentar la intensidad al principio del entreno, ¡ya verás cómo entras en calor!
- Si te gusta entrenar al aire libre o salir a caminar, no olvides equiparte correctamente y mediante capas. Si has entrado en calor y luego bajas la intensidad abrígate aunque en ese momento creas que no lo necesitas, para evitar constipados.
- Reorganiza tu horario, adaptarse a las horas de luz o utilizar aquellas menos frías para entrenar puede ayudarte a cumplir. Si solías entrenar por la noche, puedes elegir hacerlo por la mañana pues en esta época de año cuesta menos madrugar; otra opción es utilizar el medio día/ o parte de la hora de comer si tienes tiempo ¡pero no dejes de comer por entrenar!
2. No tengo tiempo
Este obstáculo es recurrente durante todo el año, en este otro artículo comentamos las creencias que limitan el ejercicio. Pero es cierto que en épocas intermedias del trimestre suele repetirse más. ¿Por qué? Porque va de la mano con que dejemos poco a poco de tener el entrenamiento como prioridad.
- Optimiza tu entrenamiento, elige 2-3 días a la semana en los que puedas sacar media hora… pero eso sí, ¡en ese rato tienes que darlo todo!
- Como te decía antes, sé firme y pon tu salud como prioridad; durante el día muchas veces surgen imprevistos por lo que si lo haces al principio de la jornada tendrás menos posibilidades de no poder hacerlo.
- El resto de días, intenta acumular movimiento a lo largo del día, la ciencia dice que lo que importa es el cómputo diario y que si lo dividimos en periodos de 10 minutos seguidos… el resultado sigue siendo igual de beneficioso ¡utiliza tus descansos para moverte!
3. Retos demasiado altos u olvidar la fase de mantenimiento:
Llevas tiempo cumpliendo y no ves los resultados que esperabas. Esa motivación inicial a la que aludíamos en párrafos anteriores hace que muchas veces nos pongamos objetivos que no son realistas o no se pueden mantener en el tiempo. Demasiada restricción calórica, entrenamientos demasiado exigentes o largos…etc.
Recuerda que debes buscar el progreso, no la perfección
Que “algo” es mejor que “nada” y que para que tu organismo se adapte a los estímulos de entrenamiento y dieta ten en cuenta la fase de mantenimiento y no ir subiendo siempre el nivel porque eso no es sostenible.
La impaciencia no es buena compañera, cambios paulatinos y progresivos son más eficaces a largo plazo y sobre todo más saludables.
Repítete esto y no atiendas sólo a lo que te dice la báscula: cómo te queda la ropa, si has perdido volumen, si te sientes más enérgico o mejor contigo mismo/a, si ganas resistencia… son indicadores igual de importante.
Del obstáculo a la excusa en los entrenamientos
A continuación, reflexiona a partir de dos definiciones según la RAE.
- Obstáculo: Situación o hecho que impide el desarrollo de una acción.
- Excusa: Razón o argumento que se da para justificar una cosa, en especial una falla, un error o una falta o para demostrar que alguien no es culpable o responsable de algo.
Me gustaría que pensaras sobre esto. Quizás los obstáculos que encontramos para realizar actividad física (u otras muchas cosas), son solo dificultades que podemos vencer si nos lo proponemos.
Convertimos esa dificultad en excusa y entonces se crea un obstáculo…pero un obstáculo en nuestra mente.
Obviamente esto no sucede siempre: Si tu hijo se pone malo y tienes que acudir al médico, o ha empezado a nevar es justificable que no salgas a correr o faltes a tu entreno. El problema se crea cuando utilizamos cualquier mínimo obstáculo para justificar nuestra ausencia de disciplina, pereza o desmotivación.
No siempre podremos cumplir, pero la regla es mucho más importante que la excepción; al igual que ser flexible y tratarnos con cariño y respeto. Tienes la fuerza para conseguirlo, créete capaz.
Obstáculos y excusas en el entrenamiento: ¿Conoces el efecto Zeigarnik?
Respetarte incluye admitir cuando no estamos siendo sinceros con nosotros mismos, reconocer que nos estamos poniendo más excusas de las que deberíamos y en consecuencia boicoteando nuestros objetivos.
Analiza lo que estás haciendo bien y lo que es mejorable, siempre en términos positivos con el fin de que dicho análisis te ayude a avanzar. ¡Esto es un proceso!
Si te has dado cuenta de que probablemente te estás sobre-justificando, comentar que es totalmente normal. Lo hacemos todos, no solo con el propio comportamiento propio sino también con el de los demás.
La evidencia científica atribuye esta conducta en gran parte al “efecto Zeigarnik” combinado con otros factores. En el siguiente artículo explicaremos ampliamente qué es, profundizaremos en detectar y desmontar nuestras propias excusas… con el fin de vencer las “trampitas” que nos pone a veces nuestro cerebro. ¡No te lo pierdas!
Puedes buscar ayuda de un profesional de forma temporal para revisar los obstáculos y excusas en el entrenamiento. El equipo interdisciplinar de María Pastor Psicología ha diseñado el programa Mente, Alimentación y Cuerpo para que cumplas tus objetivos de la mejor manera posible, incidiendo en todos los factores que influyen en la pérdida de peso y el desarrollo de hábitos saludables.